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Tapas de botellas de plástico están hechos de un tipo de plástico llamado polipropileno, que es resistente y duradero. Sin embargo, este plástico no se descompone fácilmente y tarda cientos de años en descomponerse. Esto significa que si las tapas de botellas de plástico no se desechan correctamente, pueden terminar en nuestros océanos, ríos y vertederos, donde dañan la vida silvestre y los ecosistemas.
Uno de los mayores problemas con las tapas de botellas de plástico es que a menudo no se reciclan. Mucha gente piensa que las tapas y las botellas están hechas del mismo material y se pueden reciclar juntas, pero no siempre es así. De hecho, muchas instalaciones de reciclaje no están equipadas para manejar pequeñas tapas de botellas de plástico y, a menudo, terminan tiradas.
La forma de proteger el medio ambiente de la contaminación por tapas de botellas de plástico es reducir por completo el uso de plástico. Podemos optar por comprar bebidas de vidrio o enlatadas en lugar de botellas de plástico o llevar con nosotros botellas de agua reutilizables. Al reducir nuestro consumo de plástico, podemos ayudar a reducir la cantidad de tapas de botellas de plástico que terminan en vertederos y vías fluviales.